No juzgues la vida de los demás!! preocúpate por tu vida
He escuchado a personas acusar a otras de poner apodos a la gente, pero a estas mismas personas que juzgan las he escuchado varias veces poner apodos a la gente también; y cuando se les hace saber su error siempre tienen una justificación.
Hay personas que juzgan a otras por sus defectos físicos y más tarde ellos o sus hijos adquieren esos mismos defectos que han juzgado.
Aquí entra también el tema de los aconsejadores, supongo que todos hemos recibido un consejo ya sea de un familiar o de un amigo que piensa que lo que haces está mal, pero muchas veces la persona que aconseja nunca cumple sus mismos consejos, por ejemplo, una persona reprochaba a su sobrina por haber hecho curso de titulación en vez de tesis, diciéndole: “¿Acaso no puedes hacer una tesis?”, al poco tiempo su hijo realizó de igual modo curso de titulación, por lo que a la persona que reprochaba ya no le quedó nada para decir.
Hay personas que tratan de humillar a otras por un determinado camino que han tomado y más tarde esas personas toman el mismo camino, un ejemplo de ello sería el caso de dos padres que humillan a un chico por haber estudiado en una universidad particular, diciéndole que esas universidades son para chicos que no son inteligentes y no les gusta estudiar, presumiendo de que su hija fácilmente entrará a una universidad nacional ya que ella es muy inteligente, al poco tiempo su hija no logró entrar a la universidad nacional y tuvieron que matricularla en la misma universidad particular en la que estaba el muchacho al que habían humillado, los padres nunca más hablaron del asunto. Este ejemplo me recuerda a lo que Sai Baba nos dice acerca de no jugar a los demás, nos dice que muchas veces decimos algo como “Mi hijo es muy inteligente y el hijo del vecino es un burro” y nos enseña que no debemos juzgar a los demás sino superar nuestras propias fallas.
Resumiendo, cada uno debemos de tomar las riendas de nuestra vida, dejando en paz a los demás y en vez de juzgar preocuparnos por reconocer nuestros propios errores y superarlos para poder crecer y evolucionar como Ser Humano.
Baba dice: “La primera práctica espiritual es: Buscar en ustedes sus defectos y debilidades e intentar corregirlos y ser perfectos. ¿Cómo vamos a reconocer nuestras faltas? Un método es observar en nosotros los defectos que con tanta prontitud descubrimos en los demás, Baba aconseja juzgar a los grandes defectos ajenos como si fuesen insignificantes y susceptibles de ser pasados por alto, porque siempre tenemos la tendencia a exagerar los defectos ajenos. Somos hipercríticos en lo que concierne al prójimo y demasiado indulgentes en lo que nos concierne a nosotros.”
Entusiasmo y dedicación en lo que hacemos!! Desapego del resultado
Este tema es de vital importancia debido a que cada día realizamos distintas labores, ya sea asear nuestra casa, realizar actividades en el trabajo, preparar los alimentos, meditar, orar, cantar mantras, entre otras cosas, muchas veces nuestro trabajo no da los frutos deseados y nos preguntamos el porqué de ello, pero, nos hemos preguntado alguna vez: ¿Cuánta dedicación estamos empleando en cada labor que realizamos?
En el tercer volumen de los Cursos de Verano, Sathya Sai Baba nos dice:
“El entusiasmo y la dedicación son las cosas que mostrarán el camino hacia la prosperidad del hombre.
Cada individuo que posea este entusiasmo y esta dedicación logrará con seguridad el éxito y la gloria en cualquier tipo de actividad que emprenda.
Nuestra propia cultura nos muestra que el que posee dedicación e interés siempre triunfará.”
Sathya Sai nos anima a recorrer nuestras vidas con interés y entusiasmo.
Con respecto a su aplicación en el sendero espiritual, en “Conversaciones con Bhagavan Sri Sathya Sai Baba” de John S. Hislop, Sai Baba nos aconseja poner la intensidad que se requiere, nos enseña que si somos lo suficientemente intensos y aplicamos concentración y dedicación en la práctica espiritual llegaremos a conocer la verdad.
Nos señala también que en el mundo se requiere concentración hasta para las cosas mínimas como caminar, leer y hablar, sin concentración no se puede hacer nada, tenemos concentración absoluta cuando realmente estamos interesados en lo que hacemos y logramos la concentración total respecto de cualquier trabajo que se ame profundamente, Sai Baba nos dice que cuando sintamos un profundo amor por Dios, el concentrarse en él se producirá automáticamente.
Esto se menciona también en el cuarto acuerdo tolteca, que podemos encontrar en “Los Cuatro Acuerdos” del Dr. Miguel Ruiz, este acuerdo es “Haz siempre lo máximo que puedas”, este acuerdo se refiere a que debemos hacer lo máximo que podamos bajo cualquier circunstancia, ni más, ni menos, si hacemos más de lo que podemos, nos agotaremos y si hacemos menos, nos frustaremos, la calidad de lo máximo que podamos hacer variará de acuerdo a la forma en que nos sentimos en ese momento, tanto física como emocionalmente.
Otro punto que debemos tener en cuenta es el de no preocuparnos por el resultado de lo que hacemos, ni esperar recompensa alguna, si lo hacemos, no daremos lo máximo que se pueda debido a la constante preocupación por la recompensa. Don Juan Matus, Maestro de Carlos Castaneda, nos dice también que debemos renunciar a nuestro apego a cualquier resultado y disfrutar cada momento de la jornada de la vida aunque desconozcamos el desenlace.
En “Relatos de Poder”, Don Juan enseña a Carlos a actuar sin creer, sin esperar recompensa, actuar sólo por actuar, por ello le asignó a Carlos durante su aprendizaje diversas tareas sin sentido como acomodar leña según cierto diseño o atar primero su zapato derecho, abrocharse el cinturón de derecha a izquierda, entre otras cosas, para luego decirle que las olvide después de haberlas establecido como rutinas habituales, lo que Don Juan quería inculcarle a Carlos con estos actos era implantar en él la idea de actuar sin esperar nada a cambio.
A partir de este momento, hagamos el compromiso con nosotros mismos de dar lo mejor que podamos en cada acto que realicemos, ya sea espiritual o cotidiano, y sin apegarnos a los resultados obtenidos, de este modo lograremos el éxito en todo lo que nos propongamos hacer en la vida.